"Dependencia Comercial de EE. UU. en México y Canadá: Desafíos y Riesgos Ante Amenazas Arancelarias"

20.02.2025

Un reciente informe del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ha puesto en evidencia la fuerte dependencia de algunos estados de EE.UU. con respecto a las importaciones provenientes de México y Canadá. Según los datos, entre enero y noviembre de 2024, estados como Montana, Michigan, Texas e Illinois registraron un alto porcentaje de sus compras externas provenientes de estos dos países. En el caso de Montana, la cifra alcanzó el 90%, mientras que en Michigan y Texas superó el 50%.

 Estos datos cobran especial relevancia ante la reciente amenaza del expresidente Donald Trump de imponer aranceles a productos mexicanos y canadienses si regresa al poder. Dicha política podría afectar gravemente sectores clave como el automotriz, el energético y el agrícola, que dependen de las cadenas de suministro establecidas en Norteamérica. 

¿Qué significa esto para el comercio internacional? 

Dependencia económica y riesgo de disrupción: Estados como Michigan y Texas han construido sus industrias alrededor de una integración profunda con México y Canadá. Cualquier arancel que encarezca los productos importados podría aumentar costos de producción y afectar la competitividad de sectores clave, como la manufactura de autopartes y el refinamiento de petróleo.

Impacto en precios y consumidores: Al elevarse los costos de importación, las empresas trasladarían esos aumentos al consumidor final. Esto podría generar inflación en sectores estratégicos, afectando desde el precio de los automóviles hasta el de productos agrícolas esenciales. 

Posibles represalias comerciales: En un escenario de aranceles, México y Canadá podrían responder con medidas similares, impactando las exportaciones estadounidenses hacia estos países, lo que afectaría directamente a los agricultores y fabricantes de EE.UU.

Reconfiguración del T-MEC: Si estas tensiones se materializan, los tres países podrían verse obligados a renegociar aspectos clave del tratado comercial, alterando reglas de origen, aranceles y estándares regulatorios. Esto generaría incertidumbre para las empresas y podría llevar a una desaceleración en la inversión extranjera directa.

En conclusión, los datos reflejan el nivel de interdependencia entre EE.UU., México y Canadá, lo que sugiere que medidas proteccionistas como los aranceles podrían ser contraproducentes. En lugar de fortalecer la economía estadounidense, podrían generar disrupciones en sectores estratégicos y afectar el bolsillo de los consumidores. En este contexto, el futuro del comercio en Norteamérica dependerá en gran medida de la estabilidad política y la capacidad de los tres países para encontrar soluciones que equilibren la protección de sus industrias con la necesidad de mantener flujos comerciales eficientes.